Y fin. Diecinueve meses, incontados metros (incontados por ahora), mucha tinta, cuatro talleres, dos ciudades, una vida emporteñada. 

Gracias, primero y sobre todo, a Euge, por la paciencia, una vez más, y por llevarnos a Valparaíso, por hacer real las ganas de tener una vida lejos y juntos.

Y gracias a todas las visitas, a Andrea, a Juca, a Lady Mary, al Nico, a Antonia, Carla y Gabo, a Tobías, Lumme, Jenny y toda la gente de la Casa Noruega, al Cristian, la Jenny y su Gran Bretaña y a toda la gente de Playa Ancha que colaboró con este rollo juntando boletos, dándole más extensión y cariño a algo cuyo sentido final todavía no está claro pero que, de alguna forma, no es más que una carta de amor a Valparaíso.

Ya veremos cómo, cuándo y dónde se muestra. Por ahora, chau y gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario